Este instituto secular nació gracias a la fundación de la Grande Obra de Atocha por parte de Don Baltasar.
Las Hijas de la Natividad son una parte indispensable de la obra, ya que gracias a ellas y a su ayuda sigue adelante la obra de nuestro fundador.
Son fuentes inagotables de energía, cuya inspiración, al igual que la de Don Baltasar son los niños.
Les debemos mucho a nuestras señoritas de Atocha, ya que nos han dado de comer, nos han educado y nos han cuidado.
Muchísimas gracias.
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"La Obra de Atocha es grande porque es de Dios, de los niños y de los pobres."- Baltasar Pardal Vidal.